Peligro, programador comunicándose

Todo el mundo habla de su trabajo fuera del trabajo. Todos tenemos claro que la teoría dice que no deberíamos hacerlo, que deberíamos aprovechar nuestro tiempo libre en otro tipo de artes. Pero todos lo hacemos, con más o menos frecuencia.

Hay trabajos de los que la gente habla, y solemos prestar atención. Obviamente, entre esos trabajos no está el de programador – salvo que seas uno de los nuestros, claro.

No hay cosa más patética que un programador comunicándose.

Damos por supuesto que la gente conoce tantas cosas de nuestra profesión que hasta quien más nos aprecia suele reprendernos con sentencias del tipo ...ya estás otra vez, ¿no te das cuenta que para mí es como si estuvieses hablando en ruso?, para un poquito… – elija otro idioma quien hable ruso.

Y no, nuestra profesión no está relacionada con ningún aspecto fundamental de la vida de nuestros semejantes – vease salud, educación, ..., ¡incluso deportes!.

Mi jefe, que suele tener bastante facilidad para encontrar símiles – y dirige una empresa de comunicación – suele insistirme en que tengo que encontrar un lenguaje cercano a quien me escucha – además de tener claro que no tiene el más mínimo interés en saber lo que es una expresión regular – y que hay muchas cosas que mejor no trate de explicar, que no es necesario.

No molesten, me siento como si...

Uno de esos ejemplos de hacer comprender a los demás las desventuras del programador tiene que ver con las interrupciones. Quien programa lo sabe: cada vez que te interrumpen pierdes, con suerte, quince minutos.

¿Es viable que trate de hacerle entender a alguien lo que significa que me interrumpa, para saber cómo se sube un archivo por medio de un formulario, cuando estoy en mitad de una expresión regular?. – Por cierto, muchas cosas se aprenden leyendo y probando ;-).

Pues sí, pero hay que conseguir que la gente se ponga en una situación similar para que pueda hacerse cargo. Solución:

Imagina que estás haciendo una suma de diez números de 5 cifras – para qué más – de memoria. Es decir, nada de lápiz y papel ni ingenios electrónicos. Y, justo cuando te queda terminar la última cifra, voy y te pregunto por lo primero que se me ocurra. ¿Cómo te sientes?, ¿puedes continuar por donde estabas antes de que te preguntase?.

En fin, que es responsabilidad nuestra tratar de que quienes nos rodean comprendan un poquito mejor lo que hacemos y los esfuerzos por hacerlo posible deberían comenzar por nosotros mismos, tratando de exponerlo a los demás con un lenguaje asequible a nuestro interlocutor en cada caso.

Ser programadores – o físicos cuánticos – no nos exime de hacer un esfuerzo para tratar de mejorar nuestras capacidades comunicativas. Y para eso, entre otras cosas, sirve un weblog.

Algunos están cumpliendo 5 años – Walter, Mariano – asi que me gustaría aprovechar para felicitar a ambos, a la vez que trato de olvidarme que hasta el cumpleaños de los weblogs me recuerda que nos hacemos mayores.



Texto sacado de Kursor.net

    Editado por Daniel el 06/02/2008 a las 20:20:29h.